A un año del actual Gobierno Municipal, la ciudad se transformó, pero en un basurero
Uruapan, Mich.- A un año del actual Gobierno Municipal, la ciudad se transformó, pero en un basurero descomunal. Es raro transitar por alguna de las zonas de la ciudad, sin encontrar basura en las esquinas, pero además están los desechos que se vierten en canales, barrancas y en el propio río Cupatitzio.
El hecho de que haya basura por doquier en la ciudad, obedece a que no se está recolectando, aunque los encargados de hacerlo reponsabilicen a los demás, al tratar de justificarse.
Dicen que la gente no entiende, que cuando acaba de pasar el camión recolector la gente saca su basura; que los inspectores de Medio Ambiente municipal no hacen su trabajo; que los recolectores municipales pasan varias veces a la semana o al día y que ya van a comprar 25 camiones para recorrer las colonias.
En cierta parte esto es cierto, pero también es cierto que el servicio de recolección se tornó muy deficiente y una ciudad que se ha transformado en una ciudad muy sucia, es uno de los sellos de la actual administración.
Otro de los sellos son los baches, la falta de alumbrado y la insuficencia del servicio que presta la Policía Munipal.
Por lo que respecta a la basura, mucha gente se desespera y la deja en la calle, porque no todos tienen donde almacenarla un mes o más.
Lamentablemente, la basura en la calle provoca daños colaterales como la obstrucción de alcantarillas; sobre todo, cuando indigentes o personal del servicio de recolección de paga, abre las bolsas para pepenar y riega todo.
Causa más dispersión de basura esta conducta que los animales callejeros que buscan alimento.
Ni siquiera en los espacios públicos municipales hay una recolección eficiente.
Pero los basureros a cielo abierto en que se han transformado las esquinas, provocan además, que la gente de la tercera edad y los infantes, que son los más vulnerables, se tengan que bajar de la banqueta, porque las bolsas de desechos obstruyen las zonas peatonales.
Aunque personas de todas las edades se arriesgan de igual forma.
Se trata de una inmensa montaña de basura, que contamina los mantos freáticos y el bosque que lo rodea, y que en realidad es una bomba de tiempo que terminará por estallar en las manos de los ciudadanos.
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