Velación, el momento más emotivo de la Noche de Muertos
Morelia, Michoacán.- La Noche de Muertos se acerca y las familias michoacanas preparan los insumos y enseres necesarios para recibir a sus seres queridos fallecidos, que habrán de arribar para un anhelado reencuentro anual.
En el Panteón Civil de Morelia, desde temprana hora, los deudos se afanan en el arreglo de los sepulcros de quienes les antecedieron en el camino: acompañados por escobas, cubetas, azadones, esponjas, jabón y cariño retiran la vegetación seca, el polvo y la tierra que se acumula en las lápidas, mientras entonan algunos rezos o canciones que gustaban a los difuntos.
Morelia, es uno de los 14 municipios que la administración del Gobernador Silvano Aureoles Conejo, apoyó para el fortalecimiento de las actividades alusivas a la tradición de Noche de Muertos.
A través de la Secretaría de Turismo (Sectur), entregó a comunidades de los municipios de: Morelia, Puruándiro, Cuitzeo, Pátzcuaro, Erongarícuaro, Tzintzuntzan, Quiroga, Tacámbaro, Salvador Escalante, Jiquilpan, Uruapan, Angangueo, Tlalpujahua y Aporo, recursos por el orden del millón 500 mil pesos.
En el longevo camposanto capitalino, año con año, Antonio Hernández hace una parada en sus ocupaciones cotidianas para atender la tumba de su padre y de su hermano, pues “no es bueno olvidar a los que ya se fueron”, inician con tiempo estas labores, a fin de que el 2 de noviembre la familia se congregue únicamente a la conmemoración.
“Venimos todos juntos al panteón para rezar el rosario, traemos comida y estamos un rato, como en un día de campo, para convivir con mi santo padre y mi hermano, les arrimamos algo de lo que les gustaba, un traguito de tequila y unos tacos de birria, les ponemos la música de que disfrutaban y luego nos retiramos, es el ritual que hacemos, lo tradicional”, explicó.
Pétalos de flores de cempaxúchitl, nube, coronas y cruces de papel de seda y flores, incluso, algunos presentes, como globos y mantas donde se expresa la nostalgia por los que se fueron recubren las tumbas en el Panteón Civil, a la espera de la cita con las ánimas.
“Generalmente traemos flores y arreglamos la tumba de mis papás y mi hermana, venimos cada año el 2 de noviembre y también en sus aniversarios la mayor parte de la familia, para recordarles”, señaló Martha Santoyo.
El aroma y el color dorado de las flores ayudarán a que las almas sigan el camino hasta sus familias, quienes las recibirán con alimento y bebida para mitigar el cansancio por el largo recorrido, como una muestra de cariño entrañable, heredero de las tradiciones purépecha y judeocristiana que se entremezclan en una tradición única, la Noche de Muertos.
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