Falleció la propietaria de Cebadina Amelita.

 



Descanse en Paz Rosita Soria Vargas, pionera de la cebadina en Uruapan.

 

Uruapan, Mich.-Falleció la pionera de la cebadina en Uruapan.


Descanse en Paz Rosita Soria Vargas, propietaria de Cebadina Amelita, cuya familia, cuando ella era niña, trajo esta popular bebida desde Jalisco hacia Uruapan, al comprar su famosa receta secreta.




Acababa de cumplir 91 años de edad y con su pérdida, no solo se marca el fin de una Era en Uruapan, sino que doña Rosita, al partir hacia otra dimensión, se lleva con ella parte de la tradición y de la belleza de La Perla del Cupatitzio.




Siempre amable y animosa, en varias ocasiones platicó con esta reportera y le contó los detalles de cómo la popular bebida se enraizó en esta ciudad, hasta llegar a convertirse en parte de la cultura de Uruapan.



En charlas aderezadas con un frío vaso de cebadina, la entrevistada relataba cómo era ese Uruapan, en donde los habitantes eran como una gran familia y no tenía cabida la grave inseguridad que ahora azota a esta hermosa parte del mundo.

Las palabras de doña Rosita, transportaban en el tiempo y hacían viajar hacia un lugar que se ha perdido para siempre.

Aquí una de las entrevistas que nos concedió en exclusiva:


Imitada, pero no igualada la cebadina "Amelita".

Aunque la bebida no es originaria de Uruapan, desde el siglo pasado ha saciado la sed de los habitantes de esta ciudad.


Uruapan, Mich.-Imitada, pero no igualada. Así es la cebadina Amelita, la cual se disfruta en esta ciudad desde hace más de 100 años, 80 de los cuales la ha preparado y vendido la familia de doña Rosita Soria Vargas.

Aunque la bebida no es originaria de Uruapan, sino de Guanajuato, desde el siglo pasado ha saciado la sed de los habitantes de esta ciudad y a pesar de que es frecuente ver en locales, la entrada a las viviendas del centro y locales, la oferta de cebadina, doña Rosita, advierte que Amelita no tiene sucursales.


Es de un color ámbar oscuro, su sabor dulce con un toque ácido, se realza con el toque salado del bicarbonato, la cual la hace un digestivo muy codiciado y refrescante.

Doña Rosita, la sigue vendiendo afuera de su casa de la avenida Juárez, desde hace casi 50 años y recordó que la razón social de su pequeño negocio se debe a que su hermana de nombre Amelia fue la que comenzó con el mismo.

Esto ocurrió desde que la mesita con un barril sobre ella, varios vasos de cristal y el frasquito con la cucharita y el bicarbonato se situaban en el primer cuadro de esta ciudad, que ha ido transformándose a grado tal que se siente irreconocible para quien ha caminado por el tiempo junto a ella.

Con 87 años de edad, la frágil figura de la entrevistada contrasta con la fuerza de sus recuerdos y evocó que desde hace 100 años, cuando afirma que su mamá compró la fórmula de la bebida que chicos y grandes llegan a buscar al expendio, se vendía primero en el primer cuadro de la ciudad.

Comentó que se ofrecía a las personas primero en el portal Guzmán, luego en el Matamoros y finalmente en el de las señoritas Mora en la calle Ocampo, frente a Telégrafos.

Ahí pasaron las décadas, crecieron los niños, se hicieron adultos y luego hubo que marcharse, ya que se suscitó “un incendio cerca del portal Matamoros. Fue cuando ardió una ferretería que estaba en el portal y Cupatitzio”.

Luego, tal vez como medida de seguridad, el comercio informal que no era una plaga y que le daba vida a los portales centrales, con su toque de colorido y cercanía, fue retirado y entonces el expendio se trasladó al lugar que actualmente ocupa, en la avenida Juárez, todavía en el territorio que forma parte del centro de esta ciudad.

Pero los consumidores siguieron a su familia y al producto que doña Rosita afirma tiene el mismo sabor que cuando hace más de un siglo se lo ofrecieron por primera vez al público uruapense.

La cebadina, lleva por supuesto cebada, pero también tamarindo y azúcar, en porciones perfectamente medidas que le dan un equilibrio al sabor, ya que ofrece un dulzor que no empalaga y una acidez que se combina con el toque de carbonato.


Para degustarla, se sirve directamente del barril y luego con una cucharita de mango largo, se le agrega una pequeña porción de carbonato, creando así una reacción química similar a la de una bebida gaseosa industrial, cuando se agita.

Por eso el que va a degustarla tiene que estar preparado, a fin de que los primeros sorbos sean enérgicos para dejar espacio en el vaso, que de lo contrario se desbordaría, y luego de eso ya saborearla con calma.

Al combatir el calor con los sorbos, pareciera que el tiempo regresa y la gente se encuentra de golpe con el Uruapan de su infancia, aquel que quisiera compartir con sus hijos a través de un vaso de cebadina.

2 comentarios:

  1. Me encanta que digan que no tiene sucursales cuando, claramente la que llevo acabó el trabajo de la cebadina era su sobrina Guadalupe, a quien le quitó sin más la oportunidad de seguir trabajando en el lugar solo por envidias, afortunadamente en los últimos años se conciliaron y la acompaño hasta el día de su muerte. Amelia la dueña original se sentiría muy orgullosa de ver qué al final limaron sus perezas apoyándose hasta el final y si hay una única sucursal que fue abierta cuando mi tía Rosa le quitó la oportunidad de estar con ella, está abierta hasta la fecha.

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  2. Rosa Soria es la segunda generación de la bebida, la cual si se compró pro a una persona de Uruapan, desde entonces se acordó que la receta se quedaría en la familia, la cual se dividía por semanas para venderla para hacer participes a todos los integrantes, ya está en la 4ta generación y toda la familia es propietaria de la receta ya que es un legado de Amelia. Si gustan una información más verdadera con gusto contesto sus mensajes. En paz descanse ✨

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