Desalojaron a comerciantes que se mantenían en poder del antiguo cine Odeón
Este inmueble de mil 500 metros cuadrados, fue comprado hace unos 21 años, con un financiamiento proporcionado por el Gobierno del Estado para convertirse en un complejo comercial llamado Mercado Central.
Uruapan,
Mich.-Con la fuerza pública fueron desalojados comerciantes informales, que
integran la Unión José María Morelos/Frente Popular Revolucionario y que mantenían blindado el antiguo cine
Odeón, en apoyo de quienes afirman, son los legítimos propietarios.
De
acuerdo a lo dado a conocer por miembros de esta unión y por integrantes de la
organización de comerciantes, que se adjudica este inmueble, situado en el centro
histórico, la actuación de la Fiscalía Regional de Justicia no fue imparcial ni
apegada a derecho.
Aseveran
que se desalojó a los dueños del inmueble en beneficio de quienes no son los
propietarios y sin que se haya desahogado el proceso judicial respectivo.
Esta
construcción de mil 500 metros cuadrados, fue comprada hace unos 13 años, con
un financiamiento proporcionado por el Gobierno del Estado para convertirse en
un centro comercial llamado Mercado Central.
Un
grupo de socios obtuvieron un crédito gubernamental, fondeado por Bancomer, de
10 millones de pesos, para adquirir el antiguo cine que en ese entonces costó
12 millones de pesos.
Luego
se consiguió otro crédito de casi cuatro millones, para su reconstrucción.
Al
paso del tiempo la asociación Mercado Central, ha sufrido una serie de
divisiones y conflictos, que no han permitido que este proyecto cuaje.
El
pasado martes se montó un operativo de desalojo, pero los comerciantes de la
unión José María Morelos (que eran los que resguardaban el edificio a favor de
uno de los dos bandos), se mantienen desde ese día en plantón pacífico en la
plaza José María Izazaga la cual se conoce popularmente como la plaza de La
Ranita.
La historia
En
noviembre del 2016, uno de los dos bandos en los que se dividieron los socios
del lugar, lo tomaron.
Se
trataba del grupo formado por quienes dijeron desear apegarse al plan original,
consistente en hacer del antiguo y emblemático cine ,un mercado popular.
La
otra parte supuestamente pugna por vender el inmueble y recuperar lo invertido,
ya que el crédito se habría estado pagando.
Un
mercado por cierto, con una gran ubicación, ya que se localiza en el segundo
cuadro de la ciudad, en la esquina de las calles García Ortíz y Corregidora,
frente a la plaza José María Izazaga.
Mientras
que el otro grupo, el que dicen que desea vender el inmueble que es de altísima
plusvalía, señalaba que los que mediante una toma lograron la posesión no eran
socios originales.
Lo que
ocurre es que desde hace años dos grupos de comerciantes reclaman la propiedad
del edificio.
Uno de
los grupos lo tomó el 15 de junio del 2016, pero argumentó que llamaba a sus
oponentes a sumarse al proyecto y realizar la obra para la cual adquirieron el
edificio.
El
predio que mide unos mil 500 metros cuadrados habría sido tomado por el grupo
que habría iniciado el proyecto en el
año 2000 y que en el 2002, se adjudicó la fundación de la asociación civil
Mercado Central de Uruapan.
Este
bando sostenía que sus miembros fueron los que gestionaron un financiamiento
con el Gobierno del Estado, en el 2008, de 10 millones de pesos para adquirir
el edificio que en ese entonces compraron en 12 millones.
Para
esas fechas, eran 30 los socios, pero en el 2009 agregaron 110 más y más tarde
se gestó una segmentación de inversionistas.
Todo a
raíz de que el contratista a cargo de la remodelación, Jesús Pérez Torres, habría
cometido un fraude, dejando los trabajos inconclusos y de mala calidad, pero
quedándose con un crédito de 3 millones 400 mil pesos que otorgó Sí Financia, a
través de Bancomer.
Los
socios se dividieron y un bando se identificaba como el grupo original, cuyo
presidente era Manuel Sánchez Gil y el otro equipo formó otra mesa directiva
que presidía Moisés Solorio Silva.
La
gente de Manuel Sánchez, en esas fechas demandó penalmente al arquitecto Pérez
Torres, pero la de Moisés Solorio como lo informó el mismo, denunció por fraude
y robo a sus antiguos compañeros, a quienes acusa de haber estado coludidos con
el contratista.
Por
ese motivo, los 58 socios que representa Solorio Silva dijeron tienen año y
medio pagando el crédito para la remodelación a razón de 65 mil pesos al mes y
acusaban a la otra parte de no pagar en igual proporción.
Por
otro lado, la versión del grupo identificado como socios fundadores y gestores
originales, dio a conocer a través de Raquel Ramos Ángel, que iniciaron el
proyecto en el 2000, que arrancaron en el 2002 y que si ellos no están pagando
el crédito que sus opositores sí, es porque ellos pagaron en tiempo y forma, la
parte que les correspondía.
En enero
del 2017 la gente de Manuel Sánchez Gil, obtuvo una licencia comercial
municipal y varios socios comenzaron a vender productos dentro del espacio del
antiguo cine, pero la licencia les fue revocada por el Gobierno Municipal.
Se
argumentó que el local no era seguro ni para clientes ni para comerciantes,
pero en ese espacio comerciantes de alimentos estuvieron trabajando, mientras
que se remodelaba el mercado de Antojitos, durante un año.
El
conflicto se mantuvo latente desde hace aproximadamente cuatro años y ahora
cobró vigencia con el desalojo de quienes custodiaban el espacio.
Cabe
mencionar que la parte contraria al bando de los desalojados, según versiones
extraoficiales, asegura que la organización José María Morelos se encargaba de
cuidar el lugar y ahora pretendía adueñarse del mismo.
Los
que se mantienen en plantón pacífico ya dieron su versión en forma oficial,
pero su contraparte aún no.
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