Luego de bloqueos carreteros sigue sin ser localizado el abogado Noé Godínez

 La opinión se divide entre los que dicen que la delincuencia los obliga a cerrar carreteras y entre los que opinan que no hay razón para afectar a terceros

Uruapan, Mich.- Hartos de la inseguridad que se vive en este municipio, habitantes del mismo cerraron, durante casi 24 horas, el pasado fin de semana, tres de los cinco accesos carreteros, que conectan la cabecera municipal, impidiendo la entrada o el ingreso.

 

Lo anterior en demanda de la localización con vida del reconocido abogado y comisariado ejidal de San Francisco, Noé Godínez Arredondo, quien desapareció desde el pasado miércoles 18.

 

 

Fue hasta el viernes 20, cuando la Fiscalía General de Justicia del Estado emitió la cédula amarilla, con la que se alertó sobre su desaparición.

 

El también integrante del colegio de Abogados fue visto por última vez, a las 19.30 horas del pasado miércoles 18 de mayo, a bordo de su camioneta Jeep Liberty, color gris, con placas de circulación 195- XKZ, de la ciudad de México; en el kilómetro 4.3 del camino que va de Santa Rosa a San Marcos, municipio de Uruapan.

Vestía camisa color azul a rayas, pantalón de vestir color obscuro y zapatos de vestir color negro.

 

Noé Godínez es de complexión robusta; de tez morena clara; con cejas semi pobladas y rectas; cara de forma cuadrada, frente grande; ojos medianos de iris color café claro; nariz pequeña de base mediana; boca mediana de labios medianos; orejas medianas de lóbulo adherido; cabello corto lacio, color castaño claro y mentón ovalado.

Presenta una cicatriz por una quemadura, en el pómulo del lado derecho y un lunar arriba del lado derecho del labio.

 

 

Fue precisamente la desaparición del abogado lo que detonó el cierre de tres de los cinco ingresos carreteros que comunican a esta ciudad.

 

Cabe mencionar que aunque los cierres en la salida a Apatzingán, a la súper carretera siglo XXI y en la salida a Pátzcuaro habrían  sido intermitentes, la movilización en la tomaron parte ejidatarios, habitantes de comunidades y de la zona urbana, causó un tremendo caos y afectaciones a ciudadanos ajenos al conflicto.

 

Es de destacar que no se permitió circular libremente a camiones de carga ni camionetas, pero en el entronque de Zumpimito, sí se dejó transitar a automóviles pequeños; camiones recolectores de basura por cooperación y ambulancias; aunque de todos modos cientos de usuarios del camino se quedaron varados.

 

En la central camionera  local se suspendieron las corridas y la gente que utiliza el servicio de autobuses foráneos, se quedó prácticamente atorada tanto aquí en Uruapan, ya que no podían salir, como en otras ciudades ya que no podían ingresar.

 

Durante las horas de incomunicación, molestia y caos, nadie del gobierno municipal se dirigió a los ciudadanos para explicarles la situación y que tomasen precauciones; ni  tampoco a los manifestantes para dialogar, según señalaron unos y otros.

 

Las autoridades municipales estuvieron atendiendo asuntos relacionados con festejos y eventos deportivos; pero no, ni a los afectados, ni a los manifestantes.

 

No es la primera vez que la ciudad es estrangulada con bloqueos carreteros y el gobierno local no sale a dar la cara, ni para emitir recomendaciones a los terceros que resultan perjudicados, ni para destrabar el conflicto.

 

Ya cuando el bloqueo estaba por cumplir 24 horas, fue cuando se presentó personal de la Secretaría de Gobierno de la administración  estatal y cientos de elementos de la policía Michoacán.

 

Al llegar a un acuerdo, las vías de comunicación fueron liberadas, pero sin lograr la localización del abogado, quien hasta este lunes, continúa desaparecido.

 

Ante tales acontecimientos hubo quienes aprobaron la movilización aduciendo que la situación de inseguridad que priva en este municipio, es ya insostenible y que el hecho de que la violencia se padezca en todo el país, no representa ningún consuelo.

 

Otros señalaron que no es aceptable que los ciudadanos desaparezcan o sean víctimas de las diversas formas de delincuencia; pero que están en desacuerdo de que quienes nada tienen que ver en este tipo de ilícitos paguen las consecuencias de la inacción oficial y de las manifestaciones.