En una porquería quedaron transformadas las plazas centrales y las vialidades del primer cuadro, por el Carnaval P'urhépecha.
Vía pública no quiere decir tierra de nadie. Los ciudadanos piden que quien ensució, limpie.
Uruapan, Mich.- En
una porquería quedaron transformadas las plazas centrales y las vialidades del
primer cuadro. El Carnaval P'urhépecha degeneró en caos. La gente de los
barrios dice que es obligación del gobierno limpiar lo que ellos y sus
seguidores ensucian.
Grupos
de jóvenes y de personas de todas las edades que se apostaron en el primer
cuadro, durante horas estuvieron arrojando harina a todo aquel que pasara por
el lugar ya sea a pie, o en vehículo luego de que abrieron las vialidades. Esto,
generó que por lo menos dos personas resultasen heridas.
Las
agresiones se prolongaron durante todo el tiempo que duró la actividad cultural de los grupos
de danza de los barrios fundadores. Luego los propios habitantes de los barrios
se unieron al intercambio de harina, que no solo fue de trigo, sino que también
hubo quien le compraba a sus hijos menores de edad, harina de maíz.
Aparte
hubo quien recicló la harina y la recogían del piso para lanzarla al rostro de
las personas, sin importar si se trataba de gente que participaba en la
"fiesta" o si solo iba pasando.
Cabe
mencionar que quienes pusieron de moda bañar a la gente con harina fueron los
propios promotores culturales de los asentamientos constituyentes.
Hace
unos días el gobierno local, a través de la secretaria de Desarrollo Urbano y
Medio Ambiente, Martha Liliana Victoria Báez, amagó con multas de 14 mil a 27
mil pesos para quien ensucie la vía pública, pero no se sabe a cuántas personas
se sancionó tras haber ensuciado calles y plazas.
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