Habitantes de los barrios desafiaron al Covid con aglomeración en pandemia
Convirtieron la plaza Morelos en depósito de harina y basura con motivo del Carnaval
Uruapan, Mich.- Bajo la premisa : "Quien me quita lo bailado", habitantes de los barrios fundadores retaron a la Covid al aglomerarse para bailar, bañarse en harina y en algunos casos también beber alcohol, en la plaza Morelos de esta ciudad.
El motivo fue el llamado Carnaval Purépecha, una tradición por cierto traída por los europeos y no de carácter indígena, fiesta que se retomó tras dos años de haberse suspendido para evitar contagios del nuevo coronavirus.
Con danzas, quema de toritos pirotécnicos y un evento masivo, vivieron una fiesta antes del inicio de la temporada de Cuaresma; sin cubrebocas ni distancia de seguridad ignoraron el peligro de infectarse o de infectar a otros.
El juego de cubrir con confeti a los asistentes, quebrando cascarones pintados y rellenos con estas virutas de papel, ya fue sustituido casi totalmente por una nueva "tradición", consistente en bañar con harina a las personas, incluso a aquellas que no toman parte en la festividad.
Viendo el ejemplo de sus mayores, cuando la harina se acaba, niños y jóvenes la recogen del piso para lanzarla al rostro de las personas, acción antihigiénica, que lastima los ojos y más peligrosa aún cuando la combinación de harina, polvo y basura entra la boca.
Lo rescatable de esta tradición, que parece estarse saliendo de control, son las manifestaciones culturales tales como la ejecución de danzas en atuendos deslumbrantes por parte de diversos grupos, pertenecientes a los nueve barrios fundadores.
También no deja de ser hermoso el espectáculo de los toritos pirotécnicos que cubren la noche con una cascada de estrellas en miniatura; aunque no deja de ser riesgoso mezclar fuego, pólvora y alcohol.
Cabe destacar que hace unos 70 años, la iglesia católica prohibió festejar el carnaval, pues las celebraciones cayeron en excesos.
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