Basta de cerrar el centro histórico, piden comerciantes asfixiados por las bajas ventas y la inseguridad.

 El ejercicio comercial se ve perjudicado por  eventos políticos, cívicos, sociales y culturales.



Uruapan, Michoacán.- Mediante una manta  colocada en la calle 5 de Febrero y de manera anónima, ya que temen represalias, comerciantes legalmente establecidos piden que ya no cierren el centro histórico. 

Lo anterior, porque el ejercicio comercial se ve perjudicado por eventos eventos políticos, cívicos, sociales y culturales.

Esta situación llega al extremo el 21 de octubre, cuando en esta ciudad, se conmemora el aniversario luctuoso de los Mártires de Uruapan. En esa fecha no hay ingreso vehicular, pero tampoco peatonal y no se permite el libre tránsito, ni quiera a los empleados de los diversos establecimientos.

La situación para los comerciantes se vuelve preocupante, sobre todo, porque ya se acercan las campañas partidistas, que de hecho ya se adelantaron. 

Su punto se demuestra simplemente recordando que hace unas semanas estuvo en esta ciudad, la exjefa de gobierno Claudia Sheinbaum Pardo, cuando durante casi todo el día no hubo acceso ni al primero ni al segundo cuadro.

Quienes se oponen a los cierres del centro histórico, según se logró saber, son comerciantes que si bien no forman parte de la Cámara Nacional de Comercio y Servicios de Uruapan, sí han pedido el respaldo de esta organización.

Cabe señalar que los comerciantes están pidiendo una reunión con el presidente municipal, Ignacio Campos Eqihua- 

Solicitan que en dicho encuentro esté presente la secretaria del Ayuntamiento, Alelí Tzetzangari Chávez Aniceto, quien es la que expide los permisos para uso de la pérgola municipal, de  las plazas y también se demanda la presencia del director de Tránsito municipal.

Esto a fin de generar un acuerdo para que no se vuelva a cerrar el primer y segundo cuadro, ante diversos eventos. 

Otra situacion es que cada que viene el gobernador en turno, al acto cívico en honor de Los Mártires de Uruapan, no hay acceso ni vehicular, ni peatonal. Ese día no se permite el paso de los empleados y mucho menos de los clientes, lo cual se convierte literalmente, en un martirio.

Es de destacar por otra parte, que los comerciantes prefieren mantenerse en el anónimato,  ya que explicaron que cada que vez que muestran su desacuerdo, le caen verificadores de Fomento Económico, inspectores de varios Ramos, inspectores de Urbanismo y hasta de Medio Ambiente para buscar algún error, hasta debajo de las piedras , a fin de poder apretar tuercas.






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