Desangelado y sin capacitación. Así fue el primer simulacro del 2023, en el centro histórico.
En caso de un sismo real, los trabajadores de la Casa de la Cultura hubieran estado en peligro.
En este ensayo, acerca de qué hace en caso de una contingencia, con hipótesis de un terremoto de 7.5 grados de magnitud en la escala de Richter, en el primer cuadro, solo tomaron parte, los empleados de la Casa de la Cultura y trabajadores de un par de comercios situados en los portales del norte y del sur de las plazas centrales.
No se vio un desalojo organizado en el mercado Tariácuri, en donde es muy necesario practicar cómo actuar en caso de un sismo, ya que este lugar cuenta con 700 locales distribuidos en tres pisos y aparte un nivel dedicado a estacionamiento.
Lo que se observó en la Casa de la Cultura, es que los trabajadores se concentraron en el punto de reunión localizado en el patio lateral y varios de los empleados quedaron justo enfrente del área poniente del edificio, la cual se se está derrumbando y solo se arregló en lo cosmético. A sus espaldas había grandes estructuras de metal que podrían caerles encima.
Ni los funcionarios ni los trabajadores sabían que más debían de hacer en caso de un sismo.
Por lo que toca a los dos almacenes que desalojaron a clientes y empleados, se vio que tampoco existía una estrategia ya que primero las personas se reunieron nada más afuera de los locales y luego se trasladaron a las plazas Mártires y Morelos, tras sortear el tránsito vehicular. Luego se congregaron bajo los toldos, los cuales en caso de un sismo de 7.5 grados, podrían venirse abajo.
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