El río Cupatitzio viajó en los cántaros de Las Aguadoras y su caudal se compartió pletórico de belleza y esperanza.

 Durante la XXVI edición del ritual de Las Aguadoras se le rindió tributo a la señorita  Magdalena López Castrejón, que falleció el pasado viernes 7 de abril.






Uruapan, Mich.- El río Cupatitzio compartió sus aguas con las personas y viajó en los cántaros de barro de las doncellas. que refrescaron las almas con un caudal de belleza y una cascada de elegancia y tradición.




Así fue el ritual de Las Aguadoras, el cual se rescató en 1997, luego de más de medio siglo de haber dejado de practicarse, posiblemente por la erupción del volcán Paricutín.




Ya en este siglo, también se suspendió por la pandemia, durante el 2020 y el 2021; años en que casualmente las lluvias habrían escaseado.




Las lluvias se habrían estabilizado en el 2022, cuando de nueva cuenta las aguadoras salieron a las calles.




Ayer, durante el Domingo de Resurrección, el ritual se puso en práctica, con la participación de casi mil aguadoras, que con sus danzas y fe, canalizaron sus energías en demanda de que la maravilla líquida, de los ojos de agua de Uruapan, nunca deje de manar.



Además, la ceremonia tuvo ayer especial relevancia, ya que durante el mismo se le rindió tributo a la señorita Magdalena López Castrejón; una promotora cultural, oriunda precisamente del barrio de Santa María Magdalena, quien falleció el pasado viernes 7 de abril.







Magdalena López fue entre otras cosas integrante de la Asociación Civil Cultura P'urhépecha, que fue la  organización que en coordinación con los barrios constituyentes, impulsó el rescate del ritual de Las Aguadoras en la época moderna.




Fue por ello que a la cabeza del contingente con un rebozo se elaboró un moño negro, en señal de luto por la partida física de la señorita López Castrejón. Este símbolo de dolor, en medio de una actividad tan luminosa estuvo presente en diversos contingentes.




La edición 2023 de Las Aguadoras se había venido realizando con el horario de verano, cuando se adelantaban los relojes por ello el calor era más soportable, pero en esta ocasión gracias a que el cambio de horario se abolió y a que el clima en Uruapan se ha venido tornando más intenso, fue mayor el mérito de quienes participaron durante el desfile que forma parte del ritual.




Además los contingentes partieron más tarde de lo normal, lo cual dejó poco margen de tiempo para la marcha de los grupos de danza, desde el parque hacia el centro histórico y el primer cuadro, en donde a las 12:00 horas estaba programada la misa de la bendición del agua.



La marcha se hizo un poco apresurada, pero de todas maneras la gente que salió de sus casas --que esperaba en la calle Emilio Carranza y en los portales del primer cuadro--, no fue defraudada, ya que Las Aguadoras fluyeron como una oleada de belleza y frescor, mostrando parte de la esencia de la Perla del Cupatitzio.




Cada uno de los nueve barrios de esta ciudad, estuvo presente con sus aguadoras, quienes arribaron al templo de la Inmaculada Concepción, en donde se llevó a cabo la bendición del agua.




Al finalizar la ceremonia litúrgica, los contingentes se reunieron en La Huatapera, en donde se realizó la entrega de reconocimientos a los grupos participantes.




La práctica del ritual del domingo cosechó más elogios que críticas y aunque siempre hay voces que dicen que las innovaciones, que se introducen durante el evento rompen con las tradiciones, la realidad es que la cultura y las costumbres, tienen vida propia y se van modificando.





De todas maneras el meollo del mensaje siempre es el mismo: Que nunca falte el agua para que podamos seguir viviendo.





No hay comentarios

Con la tecnología de Blogger.